domingo, julio 19, 2009

LA IMAGEN DE MIGUEL ANGEL (MICHELANGELO BUONARROTI)

¿Es esta la imagen de Miguel Angel?
Con motivo de la restauración de la Capilla Paulina en el Vaticano en Junio de 2009 era noticia mundial el hallazgo de un rostro que pudiera ser de Miguel Angel. Posteriormente en Julio de 2009 otras informaciones afirmaban que la imagen de Miguel Angel si que estaba en la citada Capilla pero en otra ubicación.En este artículo se recogen imagenes de la Capilla Paulina, de los rostros adjudicados a Miguel Angel y de emisiones de diversos paises dedicadas a Michelangelo Buonarrotti.
Consideremos nuevamente las informaciones y que cada uno saque sus conclusiones o se deje llevar por las afirmaciones de los expertos.
Un nuevo autorretrato del genio del Renacimiento, Miguel Ángel Buonarotti, ha sido descubierto en la recién restaurada Capilla Paulina en el Vaticano, lo que ha despertado el interés de críticos y estudiosos del maestro renacentista.
Según el jefe de los restauradores de los Museos Vaticanos, Maurizio De Luca, en uno de los dos frescos de la capilla, el de "la Crucifixión" de San Pedro, aparece un "autoritario" Miguel Ángel con turbante azul como uno de los tres caballeros romanos que acompañan la crucifixión, a la izquierda de la escena.
De la misma opinión es el director de los Museos Vaticanos, Antonio Paolucci, quien precisa que "la restauración se ha hecho de forma excelente, el resto son opiniones, lo digo con toda sinceridad, el caballero con el turbante me parece que es Miguel Angel aunque más joven porque en aquella época tenía 70 años".
Su biógrafo y restaurador, Antonio Forcellino, habla de una "restauración maravillosa que ha devuelto el esplendor original a la Capilla Paulina.
Sobre el autorretrato dice que "forma parte de la tradición de Miguel Ángel" y que "en este caso aparece de modo evidente el tormento que caracterizaba el ánimo del artista, como en cada personaje y en su obra".
En cuanto al turbante con el que aparece tocado, dice que "acostumbraba a protegerse del polvo con un turbante blanco cuando trabajaba".
Para la experta Cristina Acidini, del Polo Museale Romano, el rostro de Miguel Ángel se parece mucho al famoso retrato del genio pintado por Daniele da Volterra en 1541 y agrega que "su expresión es de sufrimiento, triste, tensa, como si comprendiese la injusticia que se estaba llevando a cabo" al crucificar a San Pedro boca abajo.
Después de siete años de trabajos, la monumental Capilla Paulina ha recuperado su esplendor, tras concluir la restauración de la decoración pictórica y plástica del recinto que custodia los últimos dos frescos de Miguel Ángel: la "Conversión de Saulo" y la "Crucifixión de San Pedro".
La Capilla Paulina, lugar de culto (en ella se expone el Santísimo Sacramento) y reservada al Papa y la familia Pontificia, fue encargada por el papa Pablo III Farnese (1534-1549) a Antonio de Sangallo, que la comenzó en 1537.
Miguel Ángel fue el encargado de los frescos sobre Conversiónde Saulo, que comenzó en 1542, y de Crucifixión de San Pedro, iniciado tres años más tarde, para concluir el conjunto en 1550.
Ubicada a pocos pasos de la Capilla Sixtina, la restauración ha sido dirigida por el histórico del arte Arnold Nesselrat y realizada por el equipo de restauradores de los Museos Vaticanos, que dirige Maurizio De Luca, y entre los que se encuentra el español Javier Barbasán Camacho.
Esta es la imagen de Miguel Angel según los últimos estudios.
Encargada por el Papa Pablo III en 1540 al arquitecto Antonio de Sangallo, la Capilla Paulina está separada de la Capilla Sixtina sólo por la Sala Regia.
Durante el Cónclave, todos los cardenales se reúnen allí para celebrar la Misa solemne De Spiritu Sancto.
Desde arriba, dos frescos realizados por Miguel Ángel Buonarroti, al final de su vida, les contemplan. Se trata de La crucifixión de san Pedro y La conversión de san Pablo, cuyos trazos, según afirmó Benedicto XVI, «ayudan a meditar y a rezar de manera más eficaz, y juegan un papel central en el mensaje iconográfico de la Capilla.
El Papa ha resaltado el rostro de los dos Apóstoles como el rasgo más atrayente de las dos pinturas: «El de Pablo -que es el mismo rostro que el del artista que lo pinta, ya anciano, inquieto y en busca de la verdad- representa al ser humano necesitado de una luz superior.
Es la luz de la gracia divina, indispensable para conquistar una vida nueva, con la que percibir la realidad orientada a la esperanza que viene del cielo. Es un rostro que expresa la madurez del hombre interiormente iluminado por Cristo. La gracia y la paz de Dios han alcanzado a Pablo, lo han conquistado y lo han transformado interiormente».
El apóstol san Pedro aparece justo en el momento anterior a que se alce la cruz en la que él ha sido crucificado boca abajo. «Su rostro -afirmó el Papa- parece expresar el estado de ánimo de un hombre frente a la muerte y frente al mal. Pedro experimenta toda la amargura de la cruz, de las consecuencias del pecado que separa de Dios, todo el absurdo de la violencia.
Si en esta capilla se viene a meditar, no se puede escapar a la radicalidad de la propuesta colgada en la cruz: de Cristo, Cabeza de la Iglesia, es la cruz de Pedro, su Vicario en la tierra».
Para el Papa, san Pedro y san Pablo son «dos maestros de fe; con su testimonio nos invitan a profundizar y meditar en silencio el misterio de la Cruz, que acompaña a la Iglesia hasta el final de los tiempos.

1 comentario:

parris dijo...

jesus me alegro de la medalla la prosima la de oro tu vales un saludo de parris